¿Qué necesita la legislación mexicana para combatir el robo de identidad?

La homologación de criterios en la legislación mexicana puede favorecer al ecosistema digital para prevenir delitos

El robo de identidad es un delito que en los últimos años ha crecido de forma exponencial, afectando no sólo a los usuarios sino también la reputación de las empresas. Según datos de la CONDUSEF, el número de reclamaciones por posible robo de identidad creció durante la pandemia un promedio de 11%.

Tipificado

Aunque este delito se registra en todo el país de forma generalizada, aún no se encuentra tipificado a escala federal. De acuerdo con el Senado de la República, actualmente más del 50% de las entidades del país cuentan con un marco jurídico local donde se tiene tipificado este delito.Sin embargo, las sanciones varían, tanto en las penas de privación de la libertad como en las multas económicas.

Ataques

Tan solo durante el 2022, la misma CONDUSEF alertó que se registraron más de 16 mil robos de identidad, lo cual pone en desventaja a las empresas, ya que se estima que solamente el 23% cuenta con un plan de respuesta para inhibir este tipo de ataques.

Primero pasos

Actualmente, en el país en materia de ciberseguridad se encuentran más de una decena de iniciativas en espera de ser aprobadas por el Congreso de la Unión; entre ellas una que contempla incorporar al Código Penal Federal el concepto de delito de robo de identidad.

Como primer paso, un gran reto a corto y mediano plazo es que las autoridades definan y regulen en el ciberespacio el concepto de identidad digital, para luego legislar y sancionar conductas relacionadas con el robo, la vulneración o la suplantación de la identidad en el mundo digital

Ricardo Robledo, director general y fundador de Tu Identidad

Además de las iniciativas, para inhibir la usurpación de identidad, es viable la creación de una dependencia especializada que conozca a detalle el tema a fin de atender de forma más puntual, con personal capacitado, delitos como el robo y secuestro de datos o suplantación de identidad.

Será fundamental en estas organizaciones la capacitación constante del personal a fin de que cuenten con habilidades necesarias para eficientar la persecución de delitos e inhibir técnicas sofisticadas como el phishing, alusiva al envío de correos fraudulentos; pharming, que está relacionado con el uso de virus digitales; el skimming, alusivo al robo de información de tarjetas bancarias; smishing, que se lleva a cabo a través de mensajes de texto, entre otras prácticas ilícitas”

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