Una solución al reto de la Protección de Datos Personales

Por Daniel Carrillo*

Desde el año 2006, el 28 de enero se celebra el Día Internacional de la Protección de Datos Personales, en conmemoración de la firma del convenio 108 del Consejo Europeo.

México

En México este tema es de crucial relevancia para los más de 88 millones de internautas que de acuerdo con el estudio 2022 realizado por la Asociación de Internet MX, encuentra su principal preocupación en el robo de identidad con el 68% y la invasión a su privacidad con el 29%, en contraste por ejemplo con la preocupación del fraude financiero ponderada en tan solo un 14%.

Existen dos tipos de organizaciones: Las que lucran, legal o ilegalmente, con nuestros datos personales, y aquellas que los necesitan para operar sus productos y servicios.

Como usuarios y ante la falta de opciones, nos hemos visto forzados a entregar a toda nuestra información. Algunas veces de forma plenamente consentida y otras, las más comunes en nuestro entorno hiperdigitalizado, sin ninguna aprobación o mediante extensísimas cláusulas, avisos de privacidad y acuerdos inentendibles que, en la práctica, resulta muy complejo garantizar si en realidad protegen o no nuestros derechos.

Datos

Es fundamental que las organizaciones busquen solicitar los datos mínimos para poder entregarnos valor. Que comprendan que pueden aprovechar la analítica, la inteligencia, la minería y tantas técnicas más de ciencia de datos, sin tener que violar nuestra privacidad. Entender que la ciberdelincuencia está siempre un paso adelante y que tarde o temprano sufrirán los efectos negativos de un ataque.

Opción

A estas empresas, gobiernos e instituciones les digo: Hoy tenemos una opción. Por primera vez desde que inició Internet, contamos con los estándares, las tecnologías y los protocolos para poner en manos de los usuarios el control de sus datos personales.

Ya no es necesario mantener estas bases de datos que representan lucrativas fuentes de ataque para la delincuencia, demandando cada día más recursos para su protección.

Se trata de un modelo conocido como identidad autogestionada, utilizado del inglés Self-Sovereign Identity.

Bajo este innovador concepto, las instituciones que hoy día atestiguan nuestros datos de identidad como gobiernos a sus ciudadanos, escuelas a sus alumnos, empresas a sus empleados o asociaciones a sus miembros, pueden ahora devolvernos a través de un formato digital, reutilizable, confiable, práctico y seguro, la protestad de estos para utilizarlos de forma privada, irrefutable y consentida ante los distintos proveedores que nos lo solicitan.

Modelo

El modelo consta de un identificador único descentralizado (DIDs) que sirve para distinguir a cada individuo y organización, credenciales digitales verificables (VCs) que contienen los datos y atributos, y una cartera o aplicación para gestionarlas (Wallet).

El resto lo componen los protocolos para la generación de estos DIDs, la emisión, verificación y revocación de las VCs y las redes descentralizadas en donde se registran las claves criptográficas que le dan certidumbre y validez a todos los involucrados.

De estas últimas existen versiones públicas y privadas, basadas en la tecnología Blockchain o similar que le proporciona la robustez, seguridad y confianza en el largo plazo.

*Daniel Carrillo es Technology Evangelist de Binaria Technologies

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