La ciberseguridad y los datos serán las principales preocupaciones en 2023: Baker McKenzie

82% de los encuestados espera que la cantidad de disputas en 2023 se mantenga igual o incremente

Baker McKenzie, presentó la nueva edición de su encuesta «The Year Ahead: Global Disputes Forecast» – “El año que viene: Previsión mundial de litigios”, la cual muestra que el 82% de los participantes espera que los volúmenes de litigios aumenten o, por lo menos, se mantengan iguales en 2023.

Riesgos

En esta, que es la sexta edición anual, se encuestó a 600 altos directivos jurídicos y de riesgos de grandes organizaciones con ingresos anuales superiores a 500 millones de dólares, y con sede en Reino Unido, Estados Unidos, Singapur y Brasil.

Sectores

Además, se destaca que, en diferentes sectores industriales, se esperan prospecciones parecidas a las antes comentadas, reportando un 90% en el sector Industrial, Manufactura y Transporte (IMT); el 86% en el sector de Instituciones Financieras; y el 85% en el Sector de Bienes de Consumo y Venta Minorista (CG&R).

Factores externos que plantean conflictos

El año pasado, COVID-19 fue considerado como el mayor factor externo que planteó una amenaza de litigios; sin embargo, las preocupaciones sobre la pandemia ahora han disminuido y han sido reemplazadas por otras.

El 45 % de los encuestados considera que el ciclo económico representa la mayor amenaza para su organización, mientras que el 38 % ve la volatilidad del mercado bursátil como un factor clave.

Amenaza

Otros factores de amenaza creciente son: el entorno competitivo (25%); y los problemas geopolíticos (24%), entre los que destacan cuestiones relacionadas con Estados Unidos, el Brexit y China, mientras que Rusia figura en los últimos puestos de la lista.

Ciberseguridad y disputas de datos

Por segundo año consecutivo, la ciberseguridad y los datos (62%) encabezaron la lista de tipos de litigios que suponen un riesgo. Como era de esperar, el peligro percibido fue más alto en la industria de tecnología, medios y telecomunicaciones, donde se reportó un 73% en los índices de preocupación.

Los incidentes de ciberseguridad implican daños financieros, operativos y reputacionales, y cada vez son más frecuentes. El año pasado, los ataques de ransomware aumentaron 13%, con una tendencia hacia métodos más sofisticados, dirigidos a datos no personales, como secretos y otros datos comerciales.

Adicionalmente se presentan ataques que ignoran por completo los datos y se dirigen en los sistemas de control de instalaciones de infraestructuras críticas, como plantas de generación de energía, tratamiento de aguas y procesamiento de alimentos.

Aunque la mayoría de las demandas por datos siguen estando relacionadas con violaciones, derivadas de la piratería informática, éstas cada vez son más colectivas, por ejemplo, contra bases de datos patentadas que tienen valor y pueden cederse bajo licencia a terceros; los casos relacionados con las cookies de terceros, utilizadas para el seguimiento de anuncios, en particular contra los intermediarios de datos, y las demandas contra servicios, como los sitios de redes sociales, que emplean la información para otros fines, como la publicidad.

Estamos viviendo una pandemia mundial de ciberseguridad, pero sin una vacuna. Desafortunadamente, las previsiones actuales en dicha materia favorecen al actor criminal, sobre la capacidad de la sociedad para combatirlos. Esto ya no se trata solo de extraer dinero o datos, estos ataques sirven para disminuir la confianza en nuestras instituciones más importantes y sembrar miedo e incertidumbre entre la población

Cyrus Vance, presidente global de la práctica de ciberseguridad en Baker McKenzie

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